- RESUMEN
Al principio la vida se muestra como larga y duradera; que el paso de los años se hace eterno y la vejez nunca llega. Siendo jóvenes queremos comernos el mundo, y hacer lo más grande que se pueda hacer y marcharnos siendo recordados. Pero esto no es así. Cuando nos hacemos viejos nos damos cuenta que lo único verdadero en la vida es envejecer y morir.
- COMENTARIO CRÍTICO
Quizás el paso del tiempo, la memoria sea lo que más impulse al ser humano a escribir, a tener la osadía de retar al papel con sus pensamientos. Ahora, a las puertas de cumplir un año más, se me antoja hacer un recorrido por todo lo vivido o lo que quizás no viví e imaginé como vivido.
Una vez me dijeron que la memoria recuerda sin palabras, en blanco y negro. Estoy totalmente de acuerdo, nosotros somos creadores de sinestesias; mezclamos los olores, colores, sabores confundiéndolos todos en un mismo recuerdo.
El tiempo nos acaba atrapando a todos. La sociedad nos presiona y nos machaca, muchas veces sin saber que es, con el “carpe diem” o el “tempus fugit”. Vive rápido, prueba todo lo que quieras, conviértete en el mejor. Coge el AVE para llegar más rápido, gástate todo el dinero en cirugía estética para autoengañarte de que eres más joven.
Recuerdo como, desde el año pasado, la gente me recuerda a diario que soy una persona adulta. En cierto modo es verdad; me he “independizado”, he votado, he entrado en lugares donde los “niños” tienen vetada la entrada. Dieciocho años, si señor, como podrá comprobar cualquiera que mire la parte de atrás de mi DNI. 18/01/93, veda libre para hacer lo que quieras, has alcanzado la capacidad para tomar decisiones. Sin embargo, el concepto de autonomía en una persona no entiende de fechas ni convenciones. Es algo más que eso. Conozco niños que podrían dar más de una lección a algunos adultos, conozco adultos que nunca dejarán de ser niños, egoístas, traviesos, egocéntricos. Miren a su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario